miércoles, agosto 26

El porrotti de la mañana

Dadas las opciones de su múltiple choice, si este bloguero te invita a su casa, mejor llevá el porro. Porque lo que es él, o no tiene, o no te convida.
Es un suponer.

El café de la mañana

Como te digo una cosa te digo la otra

Todo un caso para estudiantes de periodismo: una nota con texto (tirando a) progre, y título a todas luces reaccionario.

La Voz del Interior

lunes, agosto 24

De La Rúa Reloaded


Hace tres meses venía a decirles a los radichas cordobeses que si los K perdían, renunciaban y él llamaba a elecciones en 60 días.

Ahora difunde su nuevo hit: Mi renuncia no es positiva.




La Voz del Interior

Escándalo de la pobreza nominativa

sábado, agosto 22

Saltó la térmica

Ya basta de tibiezas: aun antes del 30 de diciembre de 2004, Ca$hejeros era una banda horrible. Sus discos de tapas impresentables eran una mala copia de un mal MP3 de un menjunje requemado de los Redondos, La Renga y Los Piojos. Su cantante ya era un gordito desafinado que fantaseaba infructuosamente con tener la verba, la pluma y la performance del Indio Solari. Sus guitarristas soñaban con algún día meter una nota, una sola nota, con la sensibilidad y justeza de Skay Beilinson o la garra de Chizzo. Si la prensa intentaba conseguir una nota con ellos era por la curiosidad de que semejante engendro arrastrara un Obras lleno, para tratar de entender cómo era que el público rockero de pronto se estaba conformando con tan poco. Ellos empezaban a disfrutar su status de Susana Giménez del rock, creyendo que negarse a dar notas o sacarse fotos bastaba para apoderarse de la mística de tipos que hicieron cien canciones mil veces mejores. Vendedores de humo, llamaban la atención por su poder pirotécnico antes que por su música.

Pan y Circo

viernes, agosto 21

Qué boludo, me lo perdí...


–¿Por qué en todos tus discos utilizás voces femeninas?
–Porque las letras que yo escribo están hechas para una perspectiva femenina la mayor parte del tiempo. Por ejemplo, Broken Homes pudo haber sido escrita por una mujer. Mi primera letra fue una que decía “tus ojos parecen los míos; entonces verás como nadie más puede ver”. Yo en ese momento no tenía hijos, entonces, ¿de qué estoy hablando?, ¿de quién estoy hablando? De mi madre. Ella no tuvo su oportunidad de escribir y siento como si ella se hubiera sacrificado para darme la oportunidad de escribir letras. Nunca entendí por qué escribo como mujer; supongo que tengo el talento de mi madre o simplemente soy su vehículo.


(Tricky, que tocó anoche en Córdoba, entrevistado en Página/12)

martes, agosto 18

Volvió la inseguridad


La Voz del Interior


martes, agosto 11

La nueva Contra

Por Cristóbal Kent

Ejecutado a sólo cinco meses de la asunción de Barack Obama, el golpe de Estado en Honduras inaugura la “nueva” era de la política de los EEUU para América Latina. Con el secuestro y destierro del presidente Zelaya queda expuesto el carácter de una línea trazada para derrocar, por distintos medios, a los gobiernos que procuran articularse con independencia de la supremacía norteamericana. Mirando la composición del gabinete de Obama se pueden ver claras las huellas de esta ofensiva, que se remontan al plan criminal de contrainsurgencia y narcotráfico comandado por Ronald Reagan durante los años ochenta.

Tierras calientes

Con el triunfo de la Revolución Sandinista y el inicio de la guerra civil en El Salvador, entre 1979 y 1980, los Estados Unidos vieron cómo, a poco de ser derrotados en Vietnam, se fracturaba su esquema para el control de Latinoamérica basado en las dictaduras militares.
En 1980 se lleva a cabo en Buenos Aires el 4º Congreso de la Liga Anticomunista Latinoamericana, afiliada a la Liga Anticomunista Mundial fundada en Taiwán en 1966. Presididos por Guillermo Suárez Mason, comandante del Cuerpo Iº del Ejército Argentino, toman parte del evento Woo Jae Sung en representación de la Secta Moon, el terrorista italiano Stefano Delle Chiaie y delegados de la Propaganda Due, enviados del recientemente depuesto Anastasio Somoza y la organización anticastrista Alpha 66 (relacionada al asesinato de Kennedy), Roberto d´Aubuisson, líder de los “Escuadrones de la muerte” de El Salvador, el neofascista guatemalteco Mario Sandoval Alarcón, y John Carbaugh, asistente del senador norteamericano por Carolina del Norte, Jesse Helms. Allí se define la participación del Batallón 601, a las órdenes de Suárez Mason, en las tareas conjuntas de: dar un golpe de Estado en Bolivia, organizar la logística para el tráfico internacional de cocaína boliviana, instalar en Miami la fachada empresarial para el lavado de dinero, desviar una parte de la recaudación hacia la Contra nicaragüense y los grupos paramilitares de Guatemala, El Salvador y Honduras, y eliminar el soporte social de la guerrilla centroamericana. En el corazón de este propósito, el gobierno norteamericano debió pasar a manos más duchas en el oficio de contener la “amenaza comunista”.

Una de las primeras medidas de la Casa Blanca Reagan fue hacer de Honduras la base para el control político y sobre todo militar de la región. Para llevar adelante este objetivo se designó a un experto en actividades de inteligencia como John Dimitri Negroponte
(acompañado en la foto), diplomático de la CIA que contaba en su currículum el haber estado a cargo de la “Operación Fénix”, que supuso el asesinato de 40 mil cuadros de la resistencia civil vietnamita.
Durante la embajada de Negroponte en Honduras se construyeron y mejoraron no menos de 12 aeropuertos, se instalaron tanques de almacenamiento de combustible, bodegas para alimentos y ropas, depósitos de armas y municiones. Las Fuerzas Especiales estadounidenses –los “boinas verdes”– entrenaron a cerca de un tercio del Ejército Hondureño, además de proveerlo con sus primeras embarcaciones marinas. Negroponte supervisó también la creación de El Aguacate, centro clandestino de detención y tortura, y campo de entrenamiento de la “Contra”, que agrupaba a todos los brazos armados de la oposición nicaragüense.
En 1983 se transforma la base de Palmerola en el cuartel de la Fuerza de Tarea Conjunta Bravo, bajo las órdenes del Comando Sur de Los Estados Unidos. Allí mismo se disponen habitaciones para 1000 soldados, un moderno hospital con 250 camas, radares y una central de comunicaciones.
La Constitución de Honduras prohíbe la presencia militar extranjera en el país. Pero un acuerdo realizado en 1954 entre Washington y Tegucigalpa autorizó la estadía “semipermanente” de soldados estadounidenses.
Las bases sirvieron tanto para adiestrar a la Contra nicaragüense como para asistir al Ejército Salvadoreño. Eran además el centro de formación y madriguera de los escuadrones de la muerte hondureños (“Lince” y “Cobra”) ordenados para exterminar la oposición local a la injerencia norteamericana y el apoyo a los Sandinistas. Uno de los individuos promovidos para su dirección fue el Capitán Billy Joya, alumno del golpista Guillermo Suárez Mason y su Batallón 601.
En 1984 es arrestado en Fort Lauderdale, Florida, el piloto de TWA (Trans World Airlines) y agente de la CIA, Barry Seal. Acusado por lavado de dinero y tráfico de drogas, Seal negoció un acuerdo con el Departamento de Justicia de los Estados Unidos que incluyó su conversión a informante de la Drug Enforcement Administration (DEA) y su testificación en contra de sus anteriores empleadores colombianos. Fue asesinado en febrero de 1986 en Baton Rouge, Louisiana.
En 1987 se destapa en el Congreso de los EEUU la “Operación Águila Negra”, encomendada en secreto por Reagan a sus principales colaboradores, entre ellos John Negroponte, que consistió en la venta de armas a Irán –por entonces en guerra con Irak– cuyos saldos fueron destinados a financiar a la Contra y al conjunto de la contrainsurgencia centroamericana. Al mando de la operación fue asignado Oliver North, Coronel del Cuerpo de Marines. Las leyes norteamericanas impedían explícitamente la cooperación con Irán y la Contra.
En paralelo, la asistencia oficial y extraoficial de los comandos antisandinistas, las tropas guatemaltecas y salvadoreñas, y los escuadrones de la muerte centroamericanos, se combinó con el montaje a gran escala de las estructuras de tráfico de cocaína colombiana hacia los EEUU. A tal fin se contrató a los miembros de la “Operación 40”, creada después del triunfo de la Revolución Cubana con la misión de conspirar contra todo aquel gobierno rebelde al imperio norteamericano y estrenada en la invasión de Playa Girón. En su planilla figuraba el terrorista Luis Posada Carriles, quien en 1985 había escapado de las cárceles venezolanas con la ayuda de Oliver North, y se hallaba escondido en el aeropuerto militar de Ilopango, a las afueras de San Salvador. Ilopango funcionó como posta de este pasaje internacional de armas, drogas, asesinos y billetes.
Hasta entonces la cocaína era extremadamente cara en los EEUU. En 1975 la cifra estimada de consumidores era de 5 millones. Hacia mediados de los ´80, el volumen del tráfico, que rondaba las 200 toneladas anuales, había bajado el precio del kilo de 50 a 15 mil dólares, en tanto el número de usuarios ascendía a 30 millones.
El armamento de la Resistencia Nicaragüense (nombre adoptado por la Contra en 1987) fue comprado a las empresas militares norteamericanas con el dinero de la cocaína, la chequera iraní y la colecta de donaciones que Oliver North realizó entre los gobiernos de Taiwán, Brunei y Arabia Saudita (50 millones de dólares). Los petrodólares fueron transferidos a través de la familia Bin Laden y el príncipe Bandar Bin Sultan, embajador saudí en los Estados Unidos desde 1983 a 2005.
La ayuda continuó incluso en el período electoral de 1990. El Frente Sandinista perdió las elecciones del 25 de febrero de ese año, y el poder pasó a Violeta Barrios de Chamorro (viuda del director del diario La Prensa, Pedro Joaquín Chamorro Cardenal), que encabezaba la Unión Nacional Opositora, apoyada por los Estados Unidos.
Los máximos responsables del escándalo Irán-Contras fueron condenados entre finales de los ochenta y principios de los noventa, y en 1992 indultados por el presidente George H.W. Bush.
Otra vía para ingresar la cocaína a suelo norteamericano estuvo localizada en el aeropuerto de Mena, Arkansas. El gobernador de Arkansas en esos años era el futuro presidente Bill Clinton.
Buena parte del traslado de las armas a Centroamérica corrió por cuenta de la Guardia Nacional de Arkansas, encubiertas bajo el pretexto de realizar maniobras en Honduras. Los ejercicios patrióticos le valieron al gobernador Clinton una condecoración del presidente Reagan.

Buenos muchachos/as

William Jefferson Clinton creció en Hot Springs, Arkansas, capital del juego, tráfico de drogas y crimen organizado del centro y sur de los EEUU. El tío de Bill era miembro de la “Dixie”, una red de grupos especializados en diferentes categorías criminales: robo de automóviles, soborno de oficiales públicos, tráfico de alcohol, marihuana, cocaína y metanfetamina. La regla número uno de la Dixie era “Tú no vas a alcahuetear para la policía”. El asesinato fue su marca diferencial. Los damnificados fueron a menudo personas que testificaron en su contra. Durante los 12 años que gobernó Arkansas, se rumoreaba que Clinton era la cabeza de la Dixie, algo similar a lo que podía escucharse en Córdoba respecto del tres veces gobernador Eduardo Angeloz.
Roger Morris, biógrafo de Richard Nixon, declara en su libro “Compañeros en el poder”, que a finales de los ´60, mientras estudiaba en Oxford, Inglaterra, Bill Clinton fue reclutado por la CIA para vigilar a los estudiantes involucrados en actividades de protesta contra la guerra de Vietnam, y que en 1969 fue enviado a Noruega para confeccionar un informe sobre los desertores norteamericanos refugiados en Escandinavia.
La CIA empezó a reclutar agentes en los campus universitarios bajo el gobierno de Lyndon Johnson, so pretexto de que había “dinero y organizadores comunistas detrás de los estudiantes”. El programa, conocido como “Operación Kaos”, ofrecía a los informantes una serie de incentivos: algún dinero en efectivo, solucionar sus problemas de alistamiento y promesas de ayuda futura. El programa Kaos causó serias fricciones con los servicios de inteligencia británicos (MI5) porque violaba el acuerdo entre los EEUU y el Reino Unido sobre que ninguno de los dos países conduciría operaciones encubiertas o se dedicaría a reclutar agentes en sus territorios.
Los archivos de la Operación Kaos fueron destruidos por la CIA a mediados de los ´70. Esos archivos pudieran explicar algunos episodios sucedidos durante la gobernación de Clinton en Arkansas, cuando dicho Estado se volvió un punto estratégico de los esfuerzos secretos del presidente Ronald Reagan para asistir a la Contra nicaragüense.
Por su parte, Hillary Rodham Clinton, quien se inició en la política como voluntaria al servicio del candidato republicano Barry Goldwater en 1964, respaldó una fundación de ayuda a la Contra en Little Rock (capital de Arkansas) y usó sus influencias en los círculos liberales norteamericanos para minar la legitimidad de los movimientos pacifistas y las iglesias que condenaban la intervención en Centroamérica.
Bill y Hillary se conocieron siendo estudiantes de abogacía en la Universidad de Yale, donde también se graduó John Negroponte. Se sabe que mientras estuvo en Yale, Negroponte formó parte de la hermandad secreta “Skull & Bones” (“Calavera y Huesos”) considerada una logia para la selección de cuadros destinados a las altas esferas de poder, entre ellas la CIA. Destacan en su ilustre nómina de asociados los ex presidentes Bush, padre e hijo, y Howard Taft, el mismo que dijera: “No está lejos el día en que todo el hemisferio será nuestro. De hecho, en virtud de nuestra superioridad racial, ya es moralmente nuestro”.
Antes de convertirse en Primera Dama, Hillary sirvió como abogada en la firma Rose, una de las más activas litigantes contra los sindicatos, y durante seis años tuvo un asiento en la mesa directiva de Wal-Mart, la compañía más grande del mundo, célebre por prohibir la organización gremial de sus empleados, por obligarlos a trabajar después de hora, por el uso de inmigrantes ilegales para la limpieza nocturna, la discriminación femenina y la destrucción de comunidades alrededor del mundo.
Puede que afuera de los EEUU la imagen popular de Bill Clinton esté asociada al sexo oral, a un período dichoso de la economía norteamericana, o en contraposición a la patética estampa de Bush Jr. Pero dentro de los EEUU hay otro enlace, y se le conoce como “Clinton body count”. “El número de víctimas de Clinton” suma más de cincuenta muertes violentas relacionadas de una u otra forma con Bill y compañía. La lista incluye funcionarios de gobierno, guardaespaldas, investigadores, testigos, y se contabilizan cuando menos media docena de “suicidios” y una docena de aviones y helicópteros estrellados.

Banana Juniors

Durante el segundo período presidencial de Clinton y el primer mandato de George Bush Jr., la empresa frutícola Chiquita Brands –ex United Fruit Company– propiedad desde 1969 de la petrolera Zapata (fundada por George H.W. Bush en 1954), se dedicó a financiar al grupo paramilitar “Autodefensas Unidas de Colombia” a cambio del protectorado de sus plantaciones y del robo de hectáreas al campesinado colindante. Un reporte de la OEA afirma que Banadex, la sucursal colombiana de Chiquita, colaboró además en la entrega de 3000 fusiles AK y millones de municiones para los paramilitares.
Las oficinas centrales de Chiquita Brands están ubicadas en Cincinnati, Ohio. Sus bananeras en Bermuda, Colombia, Costa Rica, Filipinas, Guatemala, Honduras y Panamá. El 11 % de la producción proviene de Ecuador, donde menos del 1 % de sus peones están sindicalizados, no reciben pagos por horas extras, ni tampoco seguro médico, herramientas o uniformes. El principal accionista de Chiquita es el empresario Carl Lindner Jr.
Cuando se llamaba United Fruit Company, en 1954, Chiquita apoyó el golpe militar patrocinado por la CIA contra el presidente de Guatemala Jacobo Arbenz y su proyecto de reforma agraria. Allen Dulles, por entonces Director de la CIA, era además abogado de la United Fruit Company. El golpe fue lanzado desde Honduras.

En 1961, la United Fruit puso sus barcos a disposición de la “Operación Zapata”, nombre clave de la fallida invasión de Playa Girón. En el ´72, Chiquita llevó a la presidencia de Honduras al general Oswaldo López Arellano, hombre que disolvió el Congreso y prohibió la actividad de los partidos políticos. En 1974 un jurado estadounidense acusó a la compañía de sobornar a Arellano a cambio de bajar las retenciones a la exportación de bananas. Durante el “Bananagate”, el presidente de Chiquita, Eli M. Black, cayó del piso 44 de un edificio en Manhattan, en un aparente suicidio. El nuevo hombre fuerte de Chiquita pasó a ser
Carl Lindner Jr (foto).
Lindner Jr. es un generoso donante del Partido Republicano. Ha aportado suculentas sumas de dinero a las campañas presidenciales de Nixon, Reagan, los Bush, John McCain, y a postulantes al Senado como Newt Gingrich. En 1993, la Unión Europea limitó la cantidad de bananas que Chiquita podía exportar al viejo continente. Un memorando de la Casa Blanca establece que en el mes de octubre de 1994, cuando el gobierno de Clinton consideraba iniciar acciones contra estas restricciones, Lindner Jr. fue llamado por el Vicepresidente Al Gore. De acuerdo con la agencia Associated Press, en las próximas semanas Lindner Jr. hizo un aporte de 250 mil dólares al Comité Nacional Demócrata.

En 1994 se da en Miami el puntapié inicial del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Bill Clinton designa como Enviado Especial para las Américas a su viejo amigo y Jefe de Gabinete,
Thomas F. McLarty III (acompañado en la foto).
El diario californiano San José Mercury News publica en 1996 una serie de investigaciones tituladas “Alianza oscura”, realizadas por el ganador del premio Pulitzer, Gary Webb. La serie daba exhaustiva cuenta de cómo los traficantes derechistas de Latinoamérica habían apoyado a la CIA y la DEA en su guerra encubierta contra Nicaragua, vendiendo toneladas de cocaína en forma directa a las pandillas de Los Ángeles conocidas como “Crips” y “Bloods”. Las bandas se encargaron de esparcirla por toda la nación, en lo que se conoce como “epidemia del crack”. Meses después de la aparición de este informe, el San José Mercury News retiró su apoyo a las declaraciones de Gary Webb y el periodista fue obligado a abandonar el periódico.
El 12 de diciembre de 1996, la firma de Bill Clinton convierte en ley el acta de endurecimiento del embargo a Cuba aprobada en el Senado y promovida por el senador de Carolina del Norte, Jesse Helms.
El 3 de mayo de 1998, el diario Cincinnati Enquirer publicó “Los secretos de Chiquita revelados”, una nota de los reporteros investigadores Michael Gallagher y Cameron McWirther, donde hacían cargo a Chiquita Brands decontaminar el ambiente en sus plantaciones de América Central, permitir el ingreso de cocaína a los Estados Unidos en sus embarcaciones, sobornar a funcionarios extranjeros, y evitar una unión de trabajadores. Chiquita negó todas las acusaciones y demandó a Gallagher por infiltrar su sistema de correo de voz. En junio de 1998 el Enquirer se retractó, publicó una apología de Chiquita en primera plana, y le pagó a la compañía varios millones de dólares.
En 1998, Thomas F. McLarty deja su cargo como Enviado Especial para las Américas y retoma el control de su compañía, McLarty Associates. Su rol negociador es suplantado por el cubano-norteamericano Hugo Llorens, Subdirector de Política Económica y de Coordinación de Cumbres en la Oficina de Asuntos Interamericanos, miembro del Departamento de Estado desde 1981.
McLarty Associates comprende 11 concesionarias automotrices en 5 Estados. Genera unos 600 millones de dólares anuales. En 1999, McLarty se asocia con Henry Kissinger y forman la “Kissinger McLarty Associates”. Entre los clientes secretos de la consultora Kissinger estaban compañías como Coca Cola, Volvo, American Express y Lehman Brothers, además de Merck, pionera en el procesado y distribución de clorhidrato de cocaína.
En 1999, los mandatarios de Colombia y EEUU, Andrés Pastrana y Bill Clinton, acuerdan el “Plan Colombia”, concebido como un plan contrainsurgente bajo la cobertura de un plan antinarcóticos. El proyecto original tenía un presupuesto de 7,5 mil millones de dólares. Los críticos de esta iniciativa alegaron desde un principio que parte de los fondos estaban asignados a las fuerzas de seguridad comprometidas con grupos paramilitares en la represión de sectores de la población y organizaciones de izquierda. De gran importancia dentro del paquete de ayudas aprobadas por el presidente Clinton fue la denominada “Avanzada dentro del sur de Colombia”, una importante región productora de coca.

En diciembre del 2004, el periodista
Gary Webb (foto), quien había iluminado la alianza secreta de la CIA con el narcotráfico, fue encontrado muerto. El forense del condado de Sacramento determinó que Webb se había suicidado. Gary tenía DOS balazos en la cabeza.
En el 2006, la revista Forbes ubicó a Carl Lindner Jr. en el puesto 133 de los más ricos del mundo, con una fortuna de 2300 millones de dólares. En el 2007, el Departamento de Justicia de los EEUU entabló juicio contra Chiquita por el financiamiento de los paramilitares colombianos. En el transcurso del juicio, Chiquita fue defendida por la firma legal Covington & Burling. El abogado elegido por Covington & Burling para defender a Chiquita fue Eric Holder Jr., quien había trabajado como Vicefiscal de los EEUU durante el gobierno de Bill Clinton.
La Chiquita Brands reconoció que entre 1997 y 2004 sus principales cuadros directivos entregaron a las Autodefensas colombianas 1,7 millones de dólares. El dinero fue girado en 100 cuotas por intermedio de las empresas Convivir Papagayo, creadas por el entonces gobernador de Antioquía, Álvaro Uribe. El paramilitar Raúl Hasbún, alias Comandante Pedro Ponte, fue el representante legal de varias Convivir. Hasbún ha confesado que también recibían dinero de la Coca Cola, y que él mismo dio la orden de asesinar a todas las personas “que olieran a guerrilla”.
El documento de la Fiscalía revela que la sanción original para Chiquita era de 79 millones de dólares, pero que ésta terminó reducida a 25 durante la negociación con Eric Holder Jr. Entre los directivos implicados en el hecho estaba Keith Lindner, hijo de Carl Lindner Jr.

Pasta base

Cuando el presidente Correa anunció que los EEUU debían desalojar la base de Manta, en el Pacífico ecuatoriano, la flamante Secretaria de Estado, Hillary Clinton, respondió firmando el plan urdido por el Secretario de Defensa, Bob Gates, para poner cinco nuevas bases en Colombia. Las bases son: “Palanquero”, noroeste de Bogota; “Apiay”, al este, cerca de Venezuela; “Málaga Bay”, en el Pacifico; “Malambo” y “Cartagena”, en la costa Caribe.
El plan de las nuevas bases es una amenaza directa a Venezuela y Ecuador, y también es un mensaje para la derecha paramilitar de Colombia, en el sentido de que las fosas nasales cavadas por su marido en Arkansas están hoy más abiertas que nunca.

Bob Gates (foto) fue Director Adjunto de la CIA en 1986. Al año siguiente, tras la dimisión de William Casey, Ronald Reagan lo propuso para dirigir la Agencia. Pero el Senado desaprobó su confirmación debido a que Gates había estado estrechamente relacionado con importantes figuras implicadas en el escándalo Irán-Contras, y a polémicos informes que había redactado en los que aconsejaba que EEUU tenía que intervenir militarmente en Nicaragua para neutralizar al gobierno Sandinista enemigo de Washington.
George H.W. Bush propuso a Gates por segunda vez para Director de la CIA en mayo de 1991. En esta ocasión sí consiguió la aprobación del Senado después de un duro proceso de confirmación en el que fue acusado de haber falsificado informes de inteligencia para exagerar la amenaza soviética en los últimos años de la Administración Reagan.
Tras la dimisión de Donald Rumsfeld, el presidente George Bush Jr. escogió a Robert Gates para convertirse en el nuevo Secretario de Defensa y su nominación fue confirmada por la unanimidad del Senado. El 1º de diciembre de 2008, el presidente electo Barack Obama reconfirmó a Robert Gates como Secretario de Defensa.
En septiembre del 2007, el periodista Andrés Oppenheimer publica en el Miami Herald una nota titulada “Cuidado con Irán en América Latina”. Allí sostiene que la gira del presidente iraní Ahmadinejad por América Latina no sólo busca romper su aislamiento diplomático sino también exportar su “ideología fascista” para sorprender a Estados Unidos por la retaguardia. Oppenheimer aseveró también que “la embajada de Irán en Managua se ha convertido en la más grande de la ciudad”.
En marzo del 2008, Nancy Menges, miembra del “Centro para la Seguridad Política”, declara en una audiencia del Congreso de los EEUU:
“La presencia iraní puede verse también en Nicaragua. Irán abrió recientemente una enorme embajada en Managua. Diplomáticos que gozan de inmunidad van y vienen, y el edificio es inmune a cualquier tipo de espionaje. No hay control de los movimientos de los diplomáticos iraníes. A mediados de 2007 se descubrió que Ortega autorizó a 21 iraníes a entrar en el país sin visa. Esto demuestra claramente que el régimen de Ortega, al igual que el de Chávez, no vigila quién entra en sus respectivos países. Eso puede tener serias consecuencias para la seguridad de nuestra región”.
El Centro para la Seguridad Política es el “tanque de pensamiento” de los halcones de Washington. Nancy Menges es la viuda de Constantin Menges, uno de los secuaces de Reagan en el apoyo a la Contra y la invasión de la isla de Granada en 1983.
En el momento en que Nancy Menges comparecía ante el Congreso, su amigo Michael Rubin publicaba un breve informe titulado “La ambición global de Irán”. Rubin, graduado en historia por la Universidad de Yale, fue consejero del ex Secretario de Defensa Donald Rumsfeld para las cuestiones vinculadas a Irak e Irán, y participó activamente en la campaña de mentiras que sirvieron para justificar la invasión de Irak. Militó a favor de la ampliación de la guerra y aconsejó públicamente que se asesinara a los presidentes de ambos países.
Durante una reunión con el pleno del Departamento de Estado sobre cuestiones externas, realizada el 1º de Mayo del 2009, la Secretaria de Estado Hillary Clinton dijo: “No creo que en el mundo multipolar de hoy, donde estamos compitiendo con por lo menos los rusos, los chinos y los iraníes, nos convenga volverle la espalda a los países de nuestro propio hemisferio. Estamos viendo qué hacer para arreglar con el presidente Ortega. Los iraníes están construyendo una inmensa embajada en Managua, y ustedes pueden imaginarse para qué es…”.
En su edición del 13 de julio del 2009, el Washington Post reveló que la construcción de una mega embajada iraní en Managua nunca existió. Es decir, lo de Hillary no fue una exageración o distorsión de los hechos, sino una simple invención. Las mentiras descaradas de Hillary no son novedad en los EEUU, al menos no desde que, en medio de su carrera presidencial contra Obama, fabulara haber sido blanco del ataque de francotiradores a su llegada como Primera Dama a Bosnia, en 1996, un hecho rápidamente desmentido por los archivos audiovisuales de aquella visita.
En los últimos seis años, Irán abrió seis nuevas embajadas en Latinoamérica, en adición a las cuatro ya existentes. Diez en un total de 33 países. En Managua, Irán está representado por un embajador que vive con su esposa en un departamento rentado.
Lejos de reconocer el error de la Sra. Clinton, el vocero del Departamento de Estado se limitó a celebrar la ausencia de la mega embajada iraní en Managua, y evadió las preguntas de la prensa respecto de las fuentes de la Secretaria de Estado, denunciando el arresto de una estudiante universitaria norteamericana en Irán.

El verdadero “Eje del Mal”

En agosto del 2008 Honduras ingresa como socio de la Alternativa Bolivariana para las Américas, ALBA. Al mes siguiente, el presidente Manuel Zelaya recibe las credenciales de Hugo Llorens como nuevo embajador de George Bush Jr. en Tegus (sobrenombre de Tegucigalpa).

En sus primeros años de actividad diplomática, Hugo Llorens (foto) –el ex hombre de Bill Clinton en los Tratados de Libre Comercio- actuó de consejero económico en la propia Honduras, Bolivia y el Paraguay de Stroessner. Luego estuvo en El Salvador, donde ostentó el cargo de Coordinador de Narcóticos. De 2002 a 2003, años del golpe de Estado en Venezuela, fue el Director de Asuntos Andinos del Consejo Nacional de Seguridad, y se convirtió en el principal asesor de Bush Jr. en asuntos relacionados con Colombia, Venezuela y Bolivia. Hugo Llorens fue ratificado embajador en Honduras por el presidente Barack Obama.
Eric Holder Jr., ex Vicefiscal del gobierno de Clinton, quien como abogado de Covington & Burling defendiera a Chiquita en la causa por financiar a las Autodefensas de Colombia, es actualmente el Fiscal General de los EEUU.
Entre los clientes de Covington & Burling se hallan las empresas Phillip Morris y Halliburton. En su sitio de Internet, Covington hace gala de que “tiene una importante alianza estratégica con McLarty Associates, una reconocida consultora internacional”. Hasta el año 2008, McLarty Associates se llamaba “Kissinger McLarty Associates”.
John Negroponte, quien participara con Henry Kissinger de los Acuerdos de París celebrados entre EEUU y Vietnam, es miembro del directorio de McLarty Associates y trabaja como asesor del Departamento de Estado bajo las órdenes de Hillary Clinton.
A principios del 2009, el gobierno de Manuel Zelaya aumentó el salario mínimo hondureño en un 60 %. Chiquita se quejó. Tras el golpe de Estado, el presidente de facto, Roberto Micheletti, contrató de asesor al ex líder de los escuadrones de la muerte hondureños, Billy Joya.

Finalmente, debe resaltarse que el golpe de Estado en Honduras se produce a tres meses del resonante triunfo electoral de uno de los protagonistas fundamentales de la escena centroamericana de los años ´80, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) la alianza guerrillera que como partido político ganara en marzo del 2009 la presidencia de El Salvador.

lunes, agosto 10



Placas Rojas, La Voz del Interior

viernes, agosto 7

El club de la "imagen positiva"


Reacciones tibias. En esta circunstancia llama la atención la desteñida actuación que les cupo a los presidentes de Brasil, Chile y Uruguay, países que, al igual que nosotros, sufrieron en carne propia la violencia que instrumentaron gobiernos usurpadores, especialmente entre la sexta y octava década del siglo pasado. Hay sectores que critican acerbamente el viaje que hizo la presidenta Cristina de Kirchner junto con sus colegas de Paraguay y Ecuador para acompañar a Zelaya en su intento frustrado de volver a Tegucigalpa. Quizá si hubieran hecho lo mismo Calderón, Lula da Silva y Bachelet, los insurrectos no se hubieran animado a cometer el agravio de obstruir la pista de aterrizaje para evitar el descenso.
El caso del presidente de Brasil es realmente penoso, pues prefirió florearse sin objetivos precisos por Europa para olfatear la reunión del Grupo de los Ocho, concediendo más tiempo a la ceremonia en que regaló a Barack Obama una camiseta firmada por los integrantes del seleccionado de fútbol, que a la situación de Honduras. Una evidente prueba de autismo, miopía y vedetismo.

(Del artículo de Salvador Treber en La Voz de hoy)

miércoles, agosto 5