viernes, agosto 7

El club de la "imagen positiva"


Reacciones tibias. En esta circunstancia llama la atención la desteñida actuación que les cupo a los presidentes de Brasil, Chile y Uruguay, países que, al igual que nosotros, sufrieron en carne propia la violencia que instrumentaron gobiernos usurpadores, especialmente entre la sexta y octava década del siglo pasado. Hay sectores que critican acerbamente el viaje que hizo la presidenta Cristina de Kirchner junto con sus colegas de Paraguay y Ecuador para acompañar a Zelaya en su intento frustrado de volver a Tegucigalpa. Quizá si hubieran hecho lo mismo Calderón, Lula da Silva y Bachelet, los insurrectos no se hubieran animado a cometer el agravio de obstruir la pista de aterrizaje para evitar el descenso.
El caso del presidente de Brasil es realmente penoso, pues prefirió florearse sin objetivos precisos por Europa para olfatear la reunión del Grupo de los Ocho, concediendo más tiempo a la ceremonia en que regaló a Barack Obama una camiseta firmada por los integrantes del seleccionado de fútbol, que a la situación de Honduras. Una evidente prueba de autismo, miopía y vedetismo.

(Del artículo de Salvador Treber en La Voz de hoy)