martes, noviembre 1

Aún no queda claro quién sería la destinataria de los dichos de la primera dama
Cristina Kirchner reclamó que “las viejas chotas casadas con traficantes de drogas den un paso al costado”

La senadora electa por la provincia de Buenos Aires, Cristina Fernández de Kirchner, aseguró que ella y su esposo, el presidente Néstor Kirchner, encabezan un recambio generacional en la política argentina” y pidió a los viejos dirigentes que tengan “la dignidad de reconocer que su ciclo está cumplido”. “Y lo digo sobre todo por esas viejas chotas teñidas de rubio casadas con narcotraficantes del conurbano, que alguna vez llegaron a puestos importantes del Estado, como presidentes de la República”, completó, desafiante.
Todo era felicidad en el búnker del Frente para la Victoria, en el Hotel Intercontinental. La primera dama celebraba su triunfo ante el tradicional “aparato” del peronismo bonaerense, en compañía del ex intendente de La Matanza, Alberto Balestrini; del intendente de Merlo, Raúl Othacehé, y del ex intendente de Moreno, Mariano West. Un periodista de un medio partidario (casi todos lo son en estos días) le pidió definiciones acerca del nuevo mapa político que se desplegaba en la Argentina a partir del 24 de octubre. Cristina no tuvo pelos en la lengua.
“Es evidente que un ciclo llega a su fin. Me refiero al de esas viejas chotas que se sacaron los ruleros para dedicarse a la política porque se lo ordenaron sus maridos narcotraficantes y mafiosos del conurbano. A esas viejas chotas les ha llegado a hora de jubilarse, dedicarse a atender a los nietos y dejarse de romper las pelotas de una vez y para siempre”, observó. “Claro que para eso tienen que tener grandeza, así como grande es la edad que tienen y grande es la paliza que les hemos dado el domingo. Los bonaerenses han respaldado un proyecto de país que está cambiando a la Argentina, y en este sentido las dirigentes de piel reseca que le cambiaban los pañales a la compañera Evita no corren más”, aseguró. Consultada acerca de las posibles destinatarias de su mensaje, Cristina se negó rotundamente a dar nombres. “Una cosa son las definiciones políticas y otra muy distinta los agravios personales, en los que me niego a entrar. Además, yo no discuto con las personas muy mayores mantenidas por sus esposos gángsters”, señaló.

El chichoduhaldismo no se dio por aludido
“Yo no sé de quién habla esa señora santacruceña Cristina Fernández de Kirchner: si sabe de la existencia de dirigentes mafiosos y narcotraficantes, le pido que los denuncie con nombre y apellido ante la Justicia. Tampoco sé muy bien a qué se refiere cuando habla de ‘viejas chotas’: yo no conozco ninguna, aunque sí conozco a más de una veterana que se hace la pendeja. De lo que sí estoy segura es de que hay que acabar con las tilingas que se compran carteras Louis Vutton y relojes Rolex de diamantes con el dinero de los contribuyentes, porque ésas les hacen mucho daño a las instituciones democráticas y a las tarjetas de crédito que les regalan las compañías petroleras cuyos intereses representan”, opinó Hilda Chiche González de Duhalde.


Revista Barcelona, Nro. 68