22-N-1963
- Todo lo que voy a decirle está clasificado como ultrasecreto. Yo fui soldado, señor Garrison, en dos guerras. Era uno de los agentes del pentágono que proorcionaba equipo militar (aviones, balas, rifles) para lo que se llamaba Operaciones Negras: asesinatos, golpes de Estado, arreglar elecciones, propaganda, guerra psicológica. En la Segunda Guerra estuve en Rumania, en Grecia, en Yugoslavia. Ayudé a evacuar parte de la inteligencia nazi antes del fin de la guerra. Los utilizamos a todos para combatir el comunismo. En Italia, en el ‘48. Robamos las elecciones en Francia en el ’49. Rompimos huelgas. Derrocamos a Quirino en Filipinas, a Arbenz en Guatemala, a Mossadeq en Irán. Estuvimos en Vietnam en el ’54, en Indonesia en el ’58, en Tíbet en el ’59. Sacamos al Dalai Lama, éramos expertos, muy buenos.
“Luego nos metimos en lo de Cuba y no salió bien. Arreglamos que la invasión fuera en octubre del ’62. Kruschev mandó proyectiles para la Resistencia, Kennedy no invadió. Estábamos parados ahí con las caras de idiotas. Hubo mucha gente furiosa, señor Garrison, ¿entiende? Luego lo explicaré.
“Así que en 1963, pasé casi todo septiembre trabajando en el plan Kennedy para sacar al personal de nuestro país de Vietnam para finales del ’65. Éste era uno de los planes más importantes que saliera de la Casa Blanca Kennedy. En el memorando 263 se ordenó que regresaran 1000 efectivos para Navidad. Pero en noviembre, una semana después de la muerte del presidente de Vietnam, Diem, en Saigón, y dos semanas antes del asesinato de nuestro presidente, cosas extrañas me ocurrieron.
“Me mandó mi superior, a quien llamaremos Jeff. Me mandó el General Jeff al Polo Sur, como escolta militar para un grupo de importantes personajes internacionales. Estaba de regreso, en Nueva Zelandia, cuando mataron al presidente. A Oswald lo acusaron a las 7 PM, hora de Dallas. A las dos de la tarde del día siguiente, en Nueva Zelandia toda la prensa tenía la íntegra historia de un desconocido de 24 años, es decir Oswald. Con una foto y biografía detallada, con datos de Rusia. Y decía: ‘Estamos seguros de que él solo mató al presidente’, aunque hubieran tardado cuatro horas en acusarlo de ese crimen.
“Me pareció como si se estuviera dando una versión fraudulenta, como lo haría Operación Negra. En fin, después de regresar me pregunté por qué yo, jefe de operaciones especiales, tuve que ir al Cono Sur en aquel momento para hacer un trabajo que podría haber hecho cualquier otro. Me pregunté si no sería porque uno de mis deberes de rutina, de haber estado en Washington, habría sido arreglar seguridad adicional en Texas; así que decidí indagarlo. Y enseguida averigüé que alguien le había dicho a Inteligencia Militar 112 del Fuerte Sam, Houston, que no se movilizara ese día, pese a la protesta del Comandante de la Unidad, el Coronel Wright.
"Era lo más lógico, ¿no le parece a usted?, especialmente en una ciudad como Dallas, suplementar el servicio secreto. Aunque no habríamos evitado que quitaran la burbuja en la limusina, al menos habríamos puesto 100 ó 200 agentes en las banquetas, sin duda alguna. Pero un mes antes el embajador de la ONU, Adlai Stevenson, había sido escupido y golpeado. Y había habido varios intentos contra De Gaulle. Hubiéramos llegado días antes de la fecha, estudiado la ruta, revisado los edificios. Y no hubiéramos permitido tantas ventanas abiertas. Nunca. Hubiéramos puesto francotiradores en toda el área y si se hubiera abierto una ventana, habrían estado con la radio vigilando a la gente. Con paquetes, periódicos enrollados, abrigos. Nadie habría podido abrir un paraguas. No se habría permitido que la limusina viajara a 15 km. por hora y menos tomar esa extraña curva en Houston y Elm. Se hubiera sentido la presencia del ejército en las calles ese día. Y nada de eso pasó. Fue una violación de las reglas de protección más básicas. Y es la mejor explicación de un masivo complot en Dallas.
“¿Quién pudo hacerlo mejor? Operación Negra, señor Garrison. Gente de mi profesión, como su superior. Pudo llamar al Coronel Wright y decir: ‘Tenemos otra unidad que viene de tal y tal, que dará seguridad. Ustedes no se muevan’. Pero ese día en particular había gente de inteligencia en Dallas y no tengo idea de quiénes ni por qué. Pero no protegían a los clientes.
“Y tenemos a Oswald. Inteligencia Militar tenía a Lee Harvey Oswald en el archivo, pero todo fue destruido. Muchas cosas extrañas están pasando y Lee Harvey Oswald no tuvo nada que ver en ellas.
“Todo el gabinete estaba de viaje en el Lejano Oriente. La tercera parte de una división de combate estaba llegando a Alemania. En el aire de los EE.UU., cuando se hicieron los disparos, a las 12:34 PM, todo el sistema de teléfonos en Washington dejó de funcionar durante toda una hora. Y en el avión de regreso a Washington se mandó aviso a la sala de mando, desde la Casa Blanca, a Lyndon Johnson, de que un individuo había efectuado el asesinato. ¿Coincidencia? ¿Le parece?
- No.
- No, por supuesto. El gabinete estaba fuera del país para que no estorbara. Y las tropas en el aire, por si hacía falta control masivo. Los teléfonos no funcionaban para impedir alguna versión no oficial. Nada se dejó a la casualidad. Kennedy no tenía ninguna oportunidad de escapar con vida.
“Creo que de ahí en más las cosas no volvieron a ser lo mismo.
“Vietnam empezó de verdad. Había, no sé, un ambiente de fantasía en el Pentágono y la CIA. Los que estábamos desde el principio sabíamos que la Comisión Warren era una farsa. Pero había algo más profundo y horrendo. Yo conocía bien a Allen Dulles; había estado muchas veces en su casa. Pero por mi vida, todavía no entiendo por qué lo nombraron para investigar la muerte de Kennedy, que lo había despedido. Dulles, por cierto, era benefactor del General y... Yo me salí en el ’64. Renuncié a mi cargo.
- Jamás imaginé que Kennedy fuera tan peligroso para el sistema político. ¿Fue por eso?
- Es la gran duda, ¿no? ¿Por qué? El cómo y el quién es sólo adorno para el público. Oswald, Ruby, Cuba, la mafia. Los pone a pensar como en una especie de juego, evitando que alguien pregunte por qué. ¿Por qué mataron a Kennedy? ¿Quién se benefició? ¿Quién tiene el poder para encubrirlo? ¿Quién?
“En 1961, después de Bahía de Cochinos, muy poca gente lo sabe, pero yo participé en la confección de los memos de seguridad 55, 56 y 57. Eran documentos cruciales, clasificados como confidenciales. Pero básicamente, en ellos Kennedy le ordenaba al General Lemnitzer, presidente de los jefes militares, que desde ahora éstos serían totalmente responsables de toda acción paramilitar secreta en tiempos de paz. Esto, básicamente, terminó con la fuerza de la CIA. SE astilló, como lo había prometido Kennedy, en mil pedazos. Y ahora ordenaba a los militares que lo ayudaran a hacerlo. Esto no tenía precedente.
“No sabe usted las oleadas de shock que corrieron por los pasillos del poder. Esto, y claro, los despidos de Allen Dulles, Richard Bisel y el General Charles Cabel, todos ellos vacas sagradas de inteligencia desde la Segunda Guerra Mundial. Se molestó mucha gente importante... Las órdenes de Kennedy no llegaron a implementarse por culpa de la 'resistencia burocrática', je...
“Pero un resultado fue que la operación cubana se entregó a mi departamento como 'Operación Mangosta'. Mangosta era una operación negra pura, planeada en secreto en el Campus Sur de la Universidad de Miami, que era la estación doméstica más grande de la CIA. Que recibía cada año más de 100 millones de dólares, 300 agentes, 7000 cubanos especiales, 50 frentes falsos de negocios para lavar dinero. Libraron una guerra sin cuartel contra Castro. Sabotaje industrial, quema de cosechas y todo. Y todo esto bajo el control del General. Y solamente utilizó las reglas de la guerra secreta que usó en ultramar, que luego trajo a este país. Ahora tenía gente, equipo, bases. Y la motivación.
“No subestime los cortes de presupuesto que Kennedy pidió en marzo del ’63. Casi 52 instalaciones militares en 25 Estados, 21 bases extranjeras... Era mucho dinero.
“¿Sabe cuántos helicópteros se perdieron en Vietnam? Casi 3000 hasta ahora. ¿Quién los fabrica? Bell Helicopter. ¿Quién es el dueño? Bell estaba en bancarrota cuando el First National Bank of Boston le pidió a la CIA que usara los helicópteros en Indochina. ¿Y los aviones de combate F3? General Dynamics, de Fort Worth, Texas. ¿Quién es el dueño? El presupuesto de Defensa desde que empezó la guerra era de 75, llegando a los 100 mil millones. 200 mil millones se gastarán antes de que termine. En el ’49 eran mil millones. Sin guerras, no hay dinero. El principio de organización de cualquier sociedad, señor Garrison, es pro-guerra. La autoridad del Estado sobre el pueblo reside en el poder bélico. Y Kennedy quería terminar la Guerra Fría en su segundo período. Cancelar la carrera a la Luna a favor de la cooperación con los soviéticos. Trató con ellos de prohibir los ensayos nucleares. Se rehusó a invadir Cuba en el ’62. Y empezó a retirarse de Vietnam.
“Pero todo terminó de el 22 de noviembre del ’63.
“Desde 1961 sabían que Kennedy no iría a la guerra en el sudeste de Asia. Como César, estaba rodeado de enemigos. Algo se planeaba pero no tenía rostro. Sin embargo, en el poder todos lo sabían.
(De JFK –Oliver Stone, 1991-, vía Juan B. Echegaray, Canción a una bala. Recuerdos de la Revolución Salvadoreña. América Libre, 2001)
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