Pero a la vez, existe un transformador que te consume lo mejor que tenés
Inconsciente Colectivo, el nuevo disco de Fabi Cantilo, justo tuvo que aparecer en casa por los mismos días que el hechizante Chaos and Creation in the Backyard de Paul McCartney.
Lo cual desmerece aún más un trabajo que por sí solo naufraga y se hunde hasta tocar fondos incoloros, inodoros, insípidos.
Las solistas “históricas” del rock argentino no han alcanzado ni por asomo las alturas de algunos colegas masculinos. Por añadidura diría que si se les han acercado un poquitín en alguna ocasión, fue por haberse cobijado a sus sombras. Me pregunto si tanta reverencia no resultó a la postre un gesto cómodo, perezoso, afín en definitiva con el chato presente que viene a reflejar este disco de covers propios y ajenos.
Me podrán decir por todos lados que Inconsciente Colectivo es un “disco homenaje”, pero ¿saben qué? No termino de creerles. Y si algo de eso hay, habrá de ser lo más choto y oportunista que me resuena en la expresión.
40 Años de Rock en Argentina: ocasión para que el buitraje de una gran compañía le ofrezca a Fabi, una intérprete nada desdeñable para mi gusto, la chance de lanzar al mercado este repaso de viejos éxitos. A ver si la pegan, claro. Si sí, le bancarán su disco de temas nuevos. Si no, ya verán cómo se la sacan de encima. Por ahora, es tiempo de difusión. El año que viene capaz que le asignen un premio Gardel, y la pasen un rato agradeciendo por televisión. De ahí en más, a saber.
A Fabi le chantan el productor Afo Verde, un dedicado pasteurizador de sonidos a sueldo de esa música que la FM 100 ordena poner, la mandan a grabar una serie de clásicos uno más previsible que el otro, y de paso un par de canciones originalmente cantadas por ella que en su momento la pegaron. Por supuesto que está el temita del ex novio, cómo dejar pasar ese filón culebronero.
El packaging sonoro del producto apela a cierta sencillez despojada: dominan las guitarras acústicas, y cada tanto hace ingreso un amigable acordeoncito en tren medio portuariesco, más la reconocible pero desganada voz de Fabiana. Me recuerda un poco al estilo de los brillantes discos que hizo el señor Johnny Cash, en el crepúsculo de su carrera, con el productor Rick Rubin. Tanto me los recuerda, que voy y los pongo. Porque ¿hace falta que lo diga?, hagamos de cuenta que sí: ni Cantilo es Cash, ni Verde es Rubin.
Cuánto aburrimiento, Fabi... Me apena porque siempre me caíste bien, me gusta tu voz, me gustás vos, tu porte lindo y fatal. Y porque me conmovió verte bancar just like a woman la lluvia de gallos trogloditas en aquel La Falda ‘92.
But business are business, and you break just like a little girl...
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