Casi un año después de haber sido acusada de “pro-gay” en EE.UU., veo por fin la película de Bob Esponja. Algunas escenas no me dejan lugar a dudas: Patrick La Estrella sí es bastante puto. Es notoria su afición por meterse cosas en el culo y ponerse cancanes con redecilla. Claro que también se lo ve cachondo por la princesa Mindy, o sea que más bien se trataría de un simpático degenerado. Bob, por su parte, asoma como un imberbe tarambana dispuesto a prenderse en cualquiera, si bien el sexo no parece estar entre sus principales inclinaciones.
Y dicho sea de paso, la película está ¡¡¡buenísima!!!
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