... y navegando sin rumbo, me vengo a enterar de que murió Ali Farka Touré

Un viejo amigo, viajero crónico, me contaba su travesía más soñada: una caminata de tres meses a través del Sahara, cuyo punto final era Timbuctú, ciudad-vergel levantada en el corazón del África. Ésta era mi única referencia de Malí hasta escuchar la maravillosa música de Ali.
Tanto en el despojado Radio Mali (1996) como en Talking Timbouctu (1994, con las coloraturas del amigo Ry Cooder), sus cansinos, explayados fraseos de guitarra y de voz, suenan al mismo tiempo a camino y a meta, a desierto y a oasis, a calor y a frío, a agua y a sed.
El arco de vivencias de toda una inmensa comarca, reunido en una sola canción sencilla y honda, sin principio ni fin. Se dice que en la música de Ali resuena el milenario folklore maliense. Entonces eso otro que se dice, de que su música se parece al blues, bien podría ser invertido: el blues se parece a su música. Hoy más que nunca.