martes, julio 12

Una lluvia terrible está por caer


- Oh, ¿dónde has estado, hijo de ojos azules?
¿Dónde has estado, querido pequeño?

- Tropecé por las laderas de doce montañas brumosas,
caminé y me arrastré por seis autopistas retorcidas,
atravesé el centro de siete bosques tristes,
estuve frente a una docena de océanos muertos,
estuve diez mil millas al fondo de una tumba,
y una lluvia terrible
está por caer.

- Oh, ¿qué fue lo que viste, hijo de ojos azules?
¿Qué fue lo que viste, querido pequeño?

- Vi un bebé recién nacido y lobos salvajes alrededor,
vi una autopista de diamantes y nadie sobre ella,
vi un tronco negro con sangre brotándole,
vi un cuarto lleno de hombres con martillos sangrantes,
vi una escalera blanca toda cubierta de agua,
vi diez mil oradores con sus lenguas partidas,
vi revólveres y espadas en manos de nenitos,
y una lluvia terrible
está por caer.

- ¿Y qué fue lo que oíste, hijo de ojos azules?
¿Qué fue lo que oíste, querido pequeño?

- Oí un trueno sonar como una advertencia,
oí el estruendo de una ola que ahogaría al mundo entero,
oí a cien tamborileros con sus manos llameantes,
oí a diez mil susurrando y a nadie escuchando,
oí a alguien muriéndose de hambre y a mucha gente riéndose,
oí la canción de un vate muerto en una cuneta,
oí el sonido de un payaso llorando en el callejón,
y una lluvia terrible
está por caer.

- Oh, ¿a quién te encontraste, hijo de ojos azules?
¿Con quién te encontraste, querido pequeño?

- Me encontré con un nene al lado de un pony muerto,
me encontré a un hombre blanco paseando un perro negro,
encontré una mujer joven, su cuerpo estaba en llamas,
me encontré con una chica que me dio un arco iris,
me encontré con un hombre herido de amor,
me encontré con otro hombre, herido con odio,
y una lluvia terrible
está por caer.

- Oh, ¿qué vas a hacer ahora, hijo de ojos azules?
¿Qué vas a hacer ahora, querido pequeño?

- Me voy a ir bien lejos antes que la lluvia se largue,
caminaré hasta lo profundo del espeso bosque oscuro,
donde la gente es mucha y sus manos están vacías,
donde restos de veneno hacen crecer las aguas,
donde la casa en el valle se une a la prisión hedionda,
donde la cara del verdugo está siempre bien oculta,
donde el hambre es grosero, donde las almas son olvidadas,
donde negro es el color, donde cero es el número,
y lo diré y lo pensaré y lo pronunciaré y lo respiraré,
y lo reflejaré desde la montaña para que cada alma lo vea,
entonces me pararé sobre el océano hasta empezar a hundirme,
pero sabré bien la canción a la hora de cantar,
y una lluvia terrible,
una lluvia terrible
está por caer.

(Bob Dylan,
A hard rain's a-gonna fall, 1963)