Pequeña anécdota con Ms. Pac-Man
Año 1985. Todos los sábados parto en ómnibus al centro, al curso de lenguaje Basic en Institución Cervantes, en el subsuelo de Galería Cinerama. La idea es terminarlo para que entonces me regalen la primera compu, una Commodore 64 (¡no, una TI 99 no!). Pero lo más atractivo de la excursión es a la salida, cuando doblo la esquina de Colón y Tucumán y llego al local angosto y oscuro de videojuegos. Allí está el Ms. Pac-man anómalo que multiplica vidas, alarga juegos y otorga la ilusión de que uno es buen jugador. Para jugar hay que hacer cola, porque hay varios chicos rodeando al que juega y esperando su turno. Hay una regla tácita: una ficha por jugador y pasa el siguiente, así juegan todos. El problema es si está el flaco ése que juega de memoria, el que les saca el máximo de puntos a todos los niveles, ¡a veces hasta al de la banana! Si está él, el resto se resigna a ser espectador, lo que tampoco está del todo mal porque da gusto verlo jugar.
(En fin, sólo una pequeña anécdota. Para más y mejor información, pasen por aquí.)
Los Trabajos Prácticos
6 Comments:
el nivel de la banana!, sí, frenético, nunca lo jugué, siempre lo vi de espectador...
Martin,
Dios. Qué foto. El fantasma parece sacado de una bande de barbudos de los ochenta. ¿Kiss?
Hey cabeza!!!!!, anoche jugué al pacman!!!!!!! y gratis!!!!!, es en el bar ochentoso!!, aguante sacoa!!! un abrazo
el lucas
El Pac-Man es un sentimientooo, no podemos paraaaaar!
Esto me recordo a mi primera Toshiba MSX, con procesador de texto incorp, recuerdo que eran tres corp. unidas para desbancar a la Commodore 64. Traia unos cartuchos para juegos y se la conectaba a la pantalla del tele!!!
Ya se podría hablar de arqueología informática, ¿no?
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