lunes, mayo 29

Che Brizuela, haceme la gauchada de callarte


La sociedad cordobesa se distingue, entre otras cosas, por su tendencia a encumbrar a ciertos personajes nefastos. Tipos cuya turbiedad muy pocos negarían, pero que en general se las arreglan para imponer un respeto público de lo más temeroso. Esta especie de padres severos que los cordobeses necesitamos darnos, ha proliferado especialmente en el ámbito de la política. Citaré, por ejemplo, nombres como Angeloz, Mestre, Primatesta, Sota. Luis El Lengudo Juez, como muchos coterráneos, esconde su condición de “denso” tras un velo de picardía, pero ya mostró su buen par de hilachitas, hay que esperarlo un poco nomás, algunos añitos y ya vamos a ver.
El periodismo deportivo, ese ámbito en el que tanto campea la soberbia más ignorante y miope, también tiene su representante en esta calaña. Me refiero al comentarista Brizuela, ese legendario maltratador público de empleados y jugadores, especialmente si no aceptan sus tajantes “verdades” sobre el fútbol y todo lo que demás sea.
Todavía recuerdo, ya que andamos mundializados, una publicidad de cuando Francia ’98. Allí aparecía este locutor, diciendo con su habitual prepo cansino, algo más o menos así:
- Hay tres tipos de personas que dicen saber de fútbol. Los directores técnicos… Nosotros, los periodistas… Y, ustedes.
Y nosotros, claro. Los que no somos Brizuela ni Niembro ni Varsky. Y entre nosotros, los miles de simpatizantes de Belgrano que el sábado, después de la emotiva final con Chicago que al final no pudo ser, lo tuvimos que soportar al tipo éste enjuiciando con fría severidad a un técnico y un plantel que, con aciertos y errores, habían conmovido a propios y extraños dando mucho, demasiado de sí.
¿Y todo por qué?
Porque a él no le hicieron caso en cortarla con la línea de tres, ni en hacer este cambio y no aquel otro, ni en qué me importa qué mierda más. Por eso nada más, se dignó molestar con retos desubicados y energúmenos la emocionada tristeza que al menos yo sentía el sábado mientras salía del Chateau.
Por eso, con la porción de bronca que esa tristeza incluye, confirmo una vez más que de existir una “crisis del fútbol cordobés” o cualquier cosa que se le parezca, Víctor “Negro” Brizuela es, lejísimo, uno de sus más notorios responsables.

5 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Totalmente de acuerdo, Negro Brizuela y la puta que te parió.

3:22 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

¿Comenta otros partidos que no sea de cordobeses? Porque acá puedo escucharlo (cadena 3 es casi mundial). ¿O se fue a la B?

Una chicana, sí, pero a Olimpo no lo bajan de primera.

3:41 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Mur: como estará el periodismo-fútbol por acá, que lo mejorcito es Fabián Torres.

Fander: seguro transmite el mundial, pegale una escuchada y me contás. Y ojo, ¿eh?, que en promoción ya fuimos huesos duros.

4:03 p. m.  
Blogger Omar said...

Al tal Brizuela hay que hacerlo Brizuela Méndez, que arañe la tapa del jonca, pero del lado de adentro.

Saludos.

4:23 p. m.  
Blogger Sopa de Soda said...

Las ratas cordobesas que proyectamos como Pater Mediáticos son ratas bien ubicadas. El gesto enaltecedor de roedores de bajo presupuesto para estos peleles absolutistas y monopólicos puede entenderse como la mierda de la periferia intentando vincularse con la mierda central. ¿Y el eje, ese eje alrededor del cual giran las cosas...?

2:17 p. m.  

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